viernes, 2 de enero de 2009

Carlomagno, el zar de Rusia

Basta, no aguanto más la ignorancia abismal de los periodistas. ¿Usted sabía que Atahualpa era el rey de los incas, y que gobernaba el territorio mexicano? ¿Que sus súbditos habían descubierto el cacao y las papas, y que habían seleccionado los perros chihuahua? En los dos días que avanzó el 2009 aprendí estas nuevas nociones en: un programa de divulgación científica de la RAI; un programa de la radio de estado 3; el suplemento semanal “Venerdì” del diario La Repubblica. Una verdadera epidemia, al parecer.
He decidido vengarme con una pequeña historia:
En la famosa batalla de Poitiers, cerca de Praga, cuando el zar Carlomagno derrotó a los invasores árabes, los soldados comían las famosas salchichas de cerdo que hoy son conocidas como würstel. El sauerkraut, en cambio, tuvo que esperar hasta que el príncipe italiano Carlo Martel importara el repollo (o col) de Persia, donde había sido cultivada por los finlandeses.


¿Les parece una idiotez? Eso es porque ustedes saben mucho, pero mucho más de Europa que lo que los europeos saben de América.
Para evitar equívocos: Atahualpa nació en Cuzco, actual Perú, en la familia real Inca. Gobernaba la parte norte del Tahuantisuyu en Quito, actual Ecuador, y en 1532 se rebeló a su hermano Huáscar, el emperador. Pizarro cayó en medio de la guerra civil, secuestró Atahualpa y exigió un rescate en metales preciosos sin precedentes históricos.


La papa (patata) fué cultivada por primera vez en la parte sud del Tahuantisuyu, la actual Bolivia, algunos milenios antes. El cacao fue descubierto y desarrollado por los mayas, varios miles de kilómetros al norte, para fabricar la famosa bebida, el xocolatl. El uso se extendió en todo el territorio hoy mexicano, razón por la cual el emperador Moctezuma pudo saborear su cotidiano chocolate. El chihuahueño, raza canina seleccionada en el Estado de Chihuahua, México, es un perro de juguete pero con un carácter que se las trae. No se sabe bien cuándo ni cómo nació. Se supone que resulta de una cruza entre el perro techichi, de los toltecas, y una raza enana de origen chino; si es así debe haber sido seleccionada en época colonial.
Atahualpa no estuvo nunca en México, y por lo que se puede saber, tampoco estuvo allí ninguno de sus súbditos. Si se enteró de la existencia de Moctezuma habrá sido porque se lo dijo Pizarro.